Ficus de Mora en Cádiz en 1903

Historia del Mora ficus

Un paseo por Cádiz suele comenzar con un paseo por el centro histórico, el "casco antiguo". Cádiz es una península. El "casco" parece una chuleta (imagen encontrada por Eli, segunda guiritana) rodeada por el Atlántico. No hay riesgo de perderse por el mar: siempre acabas volviendo sobre tus pasos o dando "realmente" vueltas en círculo. Así empieza la historia del ficus Mora.

Está frente a la playa de La Caleta (donde James Bond) que se alzan estos dos gigantes. Monumentales. Iluminados como la Torre Eiffel o el Empire State. El orgullo de la ciudad. Los dos ficus de Mora, como se les conoce aquí. Tienen derecho a su propia señalización.

Ficus de Mora

Mora, hay una especie que desconozco.
En Cádiz hay cuatro especies de ficus: el 'Ficus elastica ' o árbol del caucho procedente de Asia, el 'Ficus microcarpa ' de hoja pequeña también procedente de Asia o laurel de la India importado a Cádiz, el 'Ficus rubiginosa ' procedente del este de Australia. Y el Ficus macrophyllade hoja grande, también de Australia. También se les conoce como Ficus Magnolia, porque el envés de sus hojas es de color marrón rojizo, como el magnolio.

Cuatro especies de todo el mundo en 60 lugares donde podrá conocerlas mientras pasea por Cádiz.
Entre el Cádiz histórico del casco antiguo y Puerta de tierra, la ciudad nueva.

¿Y Mora?

Lleva el nombre de una de las principales familias benefactoras de Cádiz a finales del siglo XIX y principios del XX. Dotó a Cádiz de un hospital moderno cuando faltaban infraestructuras. En la actualidad, el hospital alberga la Facultad de Económicas.
Dos ficus macrophylla se alzan frente al antiguo hospital. Mejor aún, lo ocultan.

Ficus de Mora Cádiz en 2024 ©lasguiritanas.com
Ficus de Mora en 2024 ©las guiritanas vs el mismo en 1903 (foto b&n ©facebook Cádiz ilustrada)

Ficus de Mora, la leyenda.

Se cuenta que, en 1903, dos monjas que se dirigían al norte de España se vieron obligadas a interrumpir su viaje; acababan de regresar de las Américas y habían llevado consigo cuatro jóvenes brotes de ficus que pensaban plantar en su convento.

Una de ellas había caído enferma, por lo que la escala en Cádiz resultó beneficiosa. Así que fue trasladada al Hospital de Mora.
Por desgracia, la vista del mar desde su habitación fue la última.
Como homenaje a la monja, dos de los cuatro arbolitos fueron plantados a los pies del edificio.
Más bien parecían bonsáis, ridículos frente al imponente edificio.

120 años después, nuestros bonsáis parecen baobabs, sus troncos tan retorcidos que resultan imponentes para el ojo inexperto.
Hoy, sus raíces llegan hasta la playa.
Algunas de sus ramas son tan imponentes que tienen que ser sostenidas por estructuras de hierro y hormigón. Hoy en día, los viajeros acuden aquí para hacerse selfies. ¿Las estrellas de la ciudad? Los ficus.

Los primos del jardín Alameda Apodaca

En el lado opuesto del "casco", todavía caminando junto al mar, te encontrarás con sus dos "primos", los otros dos brotes. Recuerda, las monjas vinieron con cuatro brotes en macetas.
Aquí están, en el jardín de la Alameda Apocada. Un jardín congelado en el encanto de los años 20, en la época de su restauración, donde conviven árboles y plantas exóticas, bancos y farolas de hierro forjado, además de cerámicas típicas de la zona, frente a la Bahía, frente a las codiciadas Américas del siglo de oro gaditano.

Así que un recorrido por Cádiz es también un recorrido por los cuatro ficus.

Y una vez hecho esto, toca perderse por la perpendicular. Sin llegar a perderse realmente, porque casi todas las plazas conducen al mar.
Y como en el tiovivo, puedes emprender de nuevo un recorrido encantado.

Ficus Alameda de Apodaca Cádiz ©lasguiritanas.com
Uno de los ficus del jardín Alameda Apodaca Cádiz. Una de sus ramas cedió el pasado invierno debido a su peso y al fuerte viento invernal ©lasguiritanas.
Si te ha gustado este contenido, no dudes en compartirlo 🍀.

Dejar un comentario